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Articulo UCB

Reflexiones sobre la calidad de la educación en Bolivia

Nota del editor: Publicado originalmente en el Boletín de Opiniones Iberoamericanas en Educación de la Universidad Miguel de Cervantes, Santiago de Chile, Jose Loaiza Torres es Máster en Marketing, Máster en Pedagogía y actual Rector de la UCB Tarija, todas las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
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Existe un cuestionamiento generalizado a la calidad de la educación en Latinoamérica, debido a que los graduados de nivel primario, secundario o universitario no muestran niveles de competitividad, ello está respaldado con los sorprendentes resultados de las pruebas internacionales como Pisa u otras donde Latinoamérica se ubica luego del puesto cuarenta, a excepción de uno o dos países, no obstante todos se encuentran bajo el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). De igual forma en los rankings internacionales como el QS y el ranking Shanghái de universidades no resaltan universidades latinoamericanas con algunas excepciones, todo ello muestra de que la educación superior de Latinoamérica se aleja de universidades americanas, europeas o asiáticas.

La calidad en la educación puede definirse desde diferentes puntos de vista, tomando en cuenta su origen etimológico, calidad, procede del latín “qualitas”.

Para tener presente lo que vamos a entender por calidad educativa, recurrimos al documento denominado Guía de Autoevaluación de la UCB (Marzo 2014), al respecto dice: “El concepto de calidad aplicado al servicio público de la educación superior hace referencia a la síntesis de características que permiten reconocer un programa académico específico o una institución de determinado tipo y hacer un juicio sobre la distancia relativa entre el modo como en esa institución o en ese programa académico se presta dicho servicio y el óptimo que corresponde a su naturaleza”. Para aproximarse a ese óptimo, se han definido un conjunto de características generales de calidad.  Con respecto a ellas se emiten los juicios sobre la calidad de instituciones y programas académicos, pero la determinación más específica y el peso relativo de esas características estarán, en buena parte, condicionados a la naturaleza de la institución y a la del programa académico en cuestión.

En este contexto, un programa académico tiene calidad en la medida en que haga efectivo su concepto, en la medida en que se aproxime al ideal que le corresponde tanto en relación con sus aspectos universales como en lo que toca a los que corresponden al tipo de institución a que pertenece y al proyecto específico en que se enmarca y del cual constituye una realización.

Es posible sintetizar mencionando que,la calidad de un programa educativo se entiende como un conjunto de características específicas de acuerdo a su naturaleza y categoría. Dichas características son las que se valoran para mencionar cuál es el nivel de calidad de ese programa y que la garantía pública de la calidad en un momento determinado es la acreditación por pares externos.

Respecto a los pares externos, existen variadas instituciones o agencias de acreditación, en el caso de Bolivia, dependerá del nivel o ciclo educativo; en el primario y secundario el Estado por medio de la Ley Avelino Siñani-Elizardo Peréz Nº 070 crea el Observatorio Plurinacional de la Calidad Educativa  para medir la calidad educativa; sin embargo, hasta la fecha no se realizó ninguna medición global de la calidad. A partir del año 2010 se implementó un nuevo modelo educativo denominado “Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo” a pesar de haberse cambiado los planes curriculares alineados a una ideología de partido de gobierno, que si bien ha logrado una mayor inclusión, deja dudas en cuanto a la calidad propiamente dicha, puesto que no se han realizado mediciones para conocer el nivel de la calidad educativa. Es de resaltar que en Bolivia no se hacen mediciones de la calidad de la educación desde el año 1997, cuando se realizó la última medición por parte del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa dependiente de la UNESCO.

Si bien, no existen mediciones de la calidad en el nivel primario y secundario desde el año 1997, si lo hay en el nivel universitario, de hecho las universidades optan por las denominadas “acreditaciones” ante distintos organismos como el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana, el Mercosur, Qualitas y otras agencias. Estas acreditaciones, puede que tengan énfasis en aspectos de infraestructura y logística para que funcione la parte académica, pero de alguna manera permiten documentar los avances en cuanto a calidad. Asimismo, una de las evidencias que se constituye en un factor positivo de la calidad universitaria es que los Bolivianos cuando cursan programas de postgrado en el exterior, lo hacen con bastante éxito; lo que no podría decirse lo mismo de los Bolivianos que no tienen la oportunidad de salir al exterior a estudiar postgrados. Por otro lado, uno de los factores negativos en la educación pública universitaria es el cogobierno docente estudiantil que ha generado una crisis de gobernanza y dificulta la mejora de la calidad, acompañado de la masificación de la población estudiantil en las aulas y el poco dominio del idioma inglés.

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