Nota del editor: Gisela Derpic Salazar, es Mgr. Docente de la Universidad Católica Boliviana – Tarija
La Teoría del Estado, parte de la filosofía política, es el puente entre ésta y el derecho en función de la esencia de la norma constitucional, producto del vínculo real entre ambos desde su concepción hasta su promulgación, fundamento de su estudio en las carreras de Derecho. Como es propio de toda la filosofía, el discurrir de su reflexión gira en torno a preguntas de muy larga data, de alcance profundo y con el mayor grado de generalidad, provocadoras de un sinfín de respuestas, relativas e insuficientes, siempre.
Se ha estudiado la obra “Los orígenes del totalitarismo” de Hanna Arendt en busca de algunas de tales preguntas y respuestas a propósito del objeto de su abordaje: el vástago de la dramática crisis estructural explosionada en el periodo de cierre/apertura de los siglos XIX y XX, el totalitarismo, calificado por Salvador Ginés en el prólogo como “un régimen distinto de toda dictadura y despotismo anteriores; es el único “régimen verdaderamente nuevo de la modernidad”.
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