Querida comunidad universitaria de la UCB:
Inicialmente pedirle al Señor y a la Virgen María que este mensaje los encuentre a Uds. y sus familias sanos y con esperanza.
Comentarles que hemos estado y estaremos en permanentes reuniones con la Junta Directiva, las autoridades nacionales y las autoridades regionales, con el objeto de atender de la mejor manera las preocupaciones y necesidades que
están surgiendo en nuestra comunidad, y aquellas que se podrían presentar en el futuro. Nuestro propósito es encontrar las fórmulas más adecuadas para que todos podamos seguir adelante con nuestros sueños, ilusiones y desafíos.
No obstante, sabemos que deberemos hacer esfuerzos muy grandes, a todo nivel: estudiantes, docentes, funcionarios
administrativos y autoridades, con el objeto de ajustarnos a los escenarios futuros que tendremos que enfrentar.
Súbitamente ya estamos viviendo ese mundo pleno de contradicciones entre, por una parte, el asombroso avance de la ciencia y la tecnología y, por otra, el surgimiento y acentuación de indiscutibles crisis humanitarias causadas por el debilitamiento de la cultura de la vida, la marginación, la falta de empleo digno y el maltrato que se le ha dado a nuestra casa común.
Este nuevo mundo que ya estamos enfrentando, estará marcado por una serie de dilemas y contradicciones que cuestionarán las fibras más íntimas de nuestro ser y pondrán a prueba nuestros principios, convicciones e ideales.
Por ello el mundo necesitará de personas imbuidas de los más altos valores y el mayor compromiso con la vida para dar lo mejor de sí, y ese liderazgo será imprescindible para escribir un nuevo hito en la historia. Afortunadamente las crisis y dificultades que irán surgiendo, nos permitirán descubrir que tenemos en nuestro interior capacidades y potencialidades jamás imaginadas.
No olvidemos que toda amenaza o problema siempre trae una ventana de oportunidad. Y la oportunidad para nuestra universidad es algo en lo cual ya veníamos trabajando en los dos últimos años, y que tiene que ver con la transformación de nuestro Modelo Educativo y Académico, que ahora deberá ser impulsado con un alto sentido de urgencia. En este espíritu, juntos deberemos trabajar intensamente en las grandes trasformaciones que, estoy seguro, seremos capaces de forjar.
Que esta Semana Santa que estamos por empezar en estos tiempos tan singulares, nos permita abrir un espacio de reflexión en el cual, sin duda, deberían resonar por su profundidad y pertinencia, las palabras de San Pablo VI sobre nuestro destino común:
«Debemos habituarnos a pensar en una forma nueva la vida en común de los hombres; en una forma nueva los caminos de la historia y los destinos del mundo. Ha llegado la hora en que se impone volver a pensar en nuestro común origen, en nuestra historia, en nuestro destino común”.
Un afectuoso abrazo…virtual
Marco Antonio Fernández C.
Rector Nacional