El agua ha sido venerada a lo largo de la historia como un tesoro invaluable que sustenta la existencia de todos los seres vivos. En reconocimiento a su importancia, en 1992 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el Día Mundial del Agua, fijando el 22 de marzo como una jornada anual destinada a concientizar sobre la vital necesidad de preservar los recursos hídricos. Desde entonces, esta fecha ha servido como un recordatorio de la responsabilidad compartida de proteger y administrar de manera sostenible el agua.
Este año el Día Mundial del Agua se enfoca en el lema «Agua para la paz», destacando el papel fundamental del agua en la promoción de la prosperidad y la estabilidad en nuestras sociedades. Es importante comprender que el acceso equitativo al agua es más que una cuestión de supervivencia; es una obligación moral que incide directamente en el bienestar de comunidades y en el progreso de naciones enteras.
El acceso y distribución del agua se entrelaza con los derechos humanos. Sin embargo, la realidad es que el acceso al agua potable sigue siendo un privilegio para muchos en lugar de un derecho universal. En América Latina se enfrenta una serie de desafíos relacionados con el estrés hídrico, que incluyen la contaminación de fuentes de agua, la gestión ineficiente de los recursos hídricos y el acceso desigual al agua potable. Estos problemas han generado conflictos sociales y políticos en la región, exacerbando las tensiones entre comunidades y amenazando la estabilidad social.
Bolivia, en particular, ha experimentado dificultades significativas en cuanto a la cobertura de agua potable. Actualmente existe una brecha considerable entre las zonas urbanas y rurales. Según datos del Banco Mundial, aproximadamente el 80% de la población urbana tiene acceso a agua potable, mientras que solo alrededor del 40% de la población rural cuenta con este servicio. Estas diferencias reflejan las desigualdades socioeconómicas y geográficas que persisten en el país, lo que subraya la necesidad de políticas y acciones concretas para garantizar un acceso equitativo al agua para todos los bolivianos.
Finalmente, el Día Mundial del Agua es un llamado a la acción para proteger y preservar este recurso vital para las generaciones presentes y futuras. Debemos comprometernos a garantizar que el agua, se distribuya de manera justa y equitativa, promoviendo así la paz, la prosperidad y la justicia en todo el mundo.
Autor: Patricia Marcela Rocha Peducasse – Sociedad Científica del Departamento de Ciencias Industriales, Medio Ambiente y Energía